En 2017, decidimos donar 25.000 prendas de ropa a una ONG portuguesa, con el fin de hacerlas llegar a las familias más necesitadas. Sin embargo, al poco tiempo, fuimos informados de que gran parte de estas unidades estaban a la venta, en una tienda ilegal del centro del país.
pero nunca lo hicieron.
En lugar de mandar las prendas, empezaron a venderlas y a quedarse con el dinero. Por suerte entró en escena la policía y los medios de comunicación comenzaron a hablar sobre esto, haciendo que al final hubiese un juicio.
El veredicto fue claro: la ONG era culpable y nosotros debíamos destruir todas las prendas. ¿Destruirlas? Pero si hay muchas personas que las necesitan. No estábamos contentos con la decisión, así que reclamamos y finalmente el juez nos permitió dar la ropa a personas que aún la necesitaban.
5 años después, nuestro regalo va, por fin, ser ofrecido a la Cruz Roja. Claramente alguien lo hizo muy mal, pero lo importante no es como empiezan las historias sino como terminan. Por eso, nunca dejes de creer, porque tarde o temprano el
Bien siempre gana.